La evaluación del aprendizaje siempre ha constituido una preocupación central por tratarse de una actividad compleja.
Podría afirmarse, a pesar de su incuestionable función, que, tanto para los docentes como para los estudiantes, la evaluación se percibe como uno de los componentes más difíciles del proceso de enseñanza y aprendizaje, del cual, la mayoría de las veces, se querría prescindir. Sin embargo, es esencial contar con un sistema de evaluación que legitime y promueva la calidad de la enseñanza y el aprendizaje universitario.
Poder concebir a la evaluación como elemento inherente al proceso de enseñanza-aprendizaje, permitirá que poco a poco, abandonemos (nosotros y nuestros estudiantes) ciertos mitos (negativos) que se asocian a la evaluación y podamos entenderla como un aspecto que debe planificarse, tal como se planifican las clases, prácticas, trabajos de campo, etc. para que la misma, guarde estrecha relación con las metodologías de enseñanza aplicadas.
La situación de diversidad inicial en los alumnos que conforman un grupo de aprendizaje, plantea la necesidad de realizar la evaluación diagnóstica y de organizar un proceso de enseñanza en el que no haya integrantes que queden al margen de la misma.
¿Qué es la Evaluación Diagnóstica?
La evaluación diagnóstica de la que hablaremos en este artículo, es un proceso fundamental para determinar el nivel de conocimiento y habilidades de los estudiantes al inicio del cursado. “El diagnóstico es una radiografía que facilitará el aprendizaje significativo y relevante, ya que parte del conocimiento de la situación previa y de las actitudes y expectativas de los alumnos”. Santos Guerra (1993)
El propósito de la evaluación diagnóstica es la obtención de información sobre la situación de partida de los estudiantes, en cuanto a saberes y capacidades que se consideran necesarios para iniciar con éxito nuevos procesos de aprendizaje. En este sentido, sabemos que los alumnos de un mismo curso tienen diferencias, que pueden ser muy significativas, en cuanto a motivaciones, expectativas, experiencias previas y antecedentes culturales y sociales.
Esto genera que sea necesario realizar un tipo de evaluación diagnóstica de conocimientos académicos o cognitivos, pero también de estilos de aprendizajes, proyectos de vida, contextos en los que desarrollan sus rutinas, etc. es decir, debe brindarnos información relevante y suficiente, para conocer a nuestros sujetos de aprendizaje y en base a ello, planificar nuestras clases atendiendo a la heterogeneidad evidente.
¿Cuándo debo aplicar la evaluación diagnóstica?
Es propicio aplicar instrumentos de evaluación diagnóstica en el momento en el que el docente comienza a trabajar con el grupo de estudiantes. Se deben analizar aspectos relativos a las expectativas, intereses, motivaciones, experiencia laboral y personal, saberes y capacidades de los participantes del grupo. Esto nos permite profundizar en el conocimiento que tenemos sobre las condiciones iniciales de los alumnos y las posibles dificultades que se pueden presentar, todo lo cual debe ser considerado para orientar el aprendizaje, optimizar el diseño o la programación, y contextualizar cada situación de enseñanza.
Sin embargo, la evaluación diagnóstica no debe ser entendida como específica de la etapa inicial del año o del cursado de un espacio curricular, sino que, por el contrario, al inicio de cada unidad, eje, módulo, se debe indagar sobre los conocimientos previos de los estudiantes y sobre las habilidades que necesitan para lograr la apropiación de los nuevos saberes de manera significativa.
¿Qué utilidad tiene la Evaluación Diagnóstica?
La información que brinda este tipo de evaluación permite conocer y reconstruir las concepciones previas. Permite transformar los obstáculos en objetivos, ya que identifica los saberes no logrados o los que están adquiridos de manera errónea, para poder corregirlos oportunamente durante el cursado. Facilita apreciar la existencia de concepciones, disposiciones, intereses que pueden favorecer o entorpecer el nuevo aprendizaje y en consecuencia, implican al docente buscar las correcciones posibles.
¿Cuál es el riesgo de no aplicar la Evaluación Diagnóstica?
El riesgo que se corre es planificar una enseñanza descontextualizada, al margen de los interés, motivaciones y proyectos de vida de los estudiantes y que la verdadera asimilación de conocimientos no se logre. Sólo se podrá tener como resultado la separación entre el nuevo aprendizaje y el conocimiento cotidiano o intuitivo que tienen los estudiantes al respecto. Se podrá alcanzar un aprendizaje memorístico o repetitivo, pero no una verdadera asimilación de saberes que desarrolle capacidades esenciales para el futuro ejercicio laboral.
¿Qué instrumentos puedo utilizar para realizar la Evaluación Diagnóstica?
Para obtener una evaluación completa y precisa, es recomendable utilizar diferentes tipos de instrumentos de evaluación, como pruebas escritas, ejercicios prácticos, proyectos, presentaciones orales, entre otros. Para poder indagar aspectos referidos a intereses, estilos de aprendizaje, proyectos de vida, se puede utilizar la técnica del análisis de casos, solicitándoles una opinión fundamentada de la resolución que harían del mismo, dando lugar de este modo a que puedan expresar inquietudes, pensamientos, motivaciones, etc. Apliqué la Evaluación Diagnóstica…
¿Y ahora cómo sigo?
El fin de la evaluación no es recoger información parcial o final sobre un determinado proceso, sino poder llegar a la toma de decisiones con datos que permitan y garanticen la asertividad en las elecciones que se realicen. Algunas preguntas a resolver luego de la evaluación diagnóstica pueden ser las siguientes:
¿Qué habilidades, conocimientos e ideas previas tienen los estudiantes?
¿Cómo relaciono los saberes de mi espacio curricular con lo que ya saben?
¿Qué estrategias de enseñanza deberé implementar para atender al aula heterogénea que poseo?
¿La mayoría de los estudiantes saben lo suficiente o les faltan algunos conocimientos y habilidades para entender los saberes de mi materia?
¿He podido observar a algunos estudiantes que ya sepan y conozcan en profundidad los saberes que debo desarrollar en mi materia?
¿Qué estrategias utilizaré con ellos para no retrasarlos y potenciar sus capacidades?
¿Algunos conocimientos o ideas previas de mis estudiantes son erróneas?
¿He podido detectar a algún estudiante que no posee lo conocimientos y habilidades necesarias para comprender y apropiarse de los saberes de mi materia?
¿Qué estrategias implementaré para que puedan avanzar en su trayectoria formativa?
Recomendaciones finales…
A continuación, les presentamos algunas recomendaciones sobre cómo debe ser la evaluación diagnóstica en la universidad: Definir claramente los objetivos de la evaluación: antes de realizar cualquier evaluación diagnóstica, es importante definir los objetivos y los resultados esperados.
¿Qué se quiere medir? ¿Cuál es el propósito de la evaluación?
Establecer criterios claros de evaluación: los criterios de evaluación deben ser claros, precisos y conocidos por los estudiantes. Deben estar basados en los objetivos de aprendizaje y ser justos y equitativos. Proporcionar comentarios/ feedback: después de la evaluación, es importante proporcionar comentarios a los estudiantes sobre su desempeño.
Esta retroalimentación debe ser clara, específica y constructiva, y debe ayudar a los estudiantes a entender sus fortalezas y debilidades. Utilizar los resultados de la evaluación para mejorar el aprendizaje: los resultados de la evaluación diagnóstica deben ser utilizados para mejorar el aprendizaje de los estudiantes. Los profesores deben identificar las áreas en las que los estudiantes necesitan mejorar y diseñar actividades de enseñanza que aborden esas áreas.
En resumen, la evaluación diagnóstica en la universidad debe ser un proceso cuidadosamente planificado que proporciona información útil y precisa sobre el nivel de conocimientos y habilidades de los estudiantes al inicio de un curso. Los resultados de la evaluación deben ser utilizados para mejorar el aprendizaje de los estudiantes y ayudarlos a alcanzar sus metas educativas.
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