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Pensar la evaluación formativa

Por Prof. Fernando Soria, Prof. Antonella Viggiani, Lic. Prof. Estefanía Giorda

Si consideramos que en esta época los espacios, los tiempos, los canales de comunicación y los formatos de construcción de conocimiento han cambiado; entonces deberíamos creer que también lo ha hecho la evaluación.

Una pandemia como emergente irrumpió nuestras habituales prácticas educativas, obligándonos, a la vez que invitándonos, a repensar los elementos y las dinámicas más esenciales y constitutivas de nuestro quehacer educativo.

Después de varias semanas de trabajo y re-invención, son diversos los aspectos que hemos visto ponerse en tensión. Hemos analizado, revisado y rediseñado cronogramas, temarios de contenidos, formatos de encuentro con nuestros estudiantes y colegas pero ¿Lo hemos hecho -sinceramente- con la evaluación?

Hablar de cambios y procesos de transformación en evaluación, no supone aquí hacer referencia al empleo de nuevas técnicas o recursos para implementarla; sino focalizar si la misma va acompañada de un cambio en las actitudes y concepciones que la sostienen.

EVALUACIÓN EN LA VIRTUALIDAD

La evaluación en el marco de la enseñanza a distancia consiste en el proceso de analizar la información obtenida de la retroalimentación realizada por el seguimiento continuo y permanente del docente hacia el proceso del alumnado; implica analizar los puntos de partida, las dificultades y fortalezas del proceso, como también los productos finales, y en simultáneo ir tomando decisiones en relación con los objetivos del curso y las evidencias que resulten de cada propuesta de trabajo.

A la hora pensar en el diseño de nuestras propuestas evaluativas podemos tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Especificar los objetivos de aprendizaje e indicar capacidades a desarrollar a través del cursado
  • Planificar actividades de aprendizaje que guarden relación con los objetivos propuestos y que arrojen posibles evidencias de que el alumno va desarrollando sus aprendizajes
  • Considerar el conocimiento de los contextos de los estudiantes, así como de sus percepciones acerca de las tareas de evaluación.
  • Proponer actividades relacionadas con la vida real y/o con la futura actividad profesional
  • Dar a conocer los criterios de evaluación: explicitar qué vamos a evaluar, cómo y cuándo.
  • Establecer un esquema de evaluación sostenible, directamente relacionado con las actividades propuestas
  • Realizar un seguimiento y acompañamiento de los estudiantes: dar una devolución continuada que sirva a los estudiantes para ordenar ideas y conceptos, ampliar las fuentes de consulta e información, rectificar los errores de conceptos, ayudar a resolver sus problemas, etc. La motivación y retroalimentación es importante. Realizar devoluciones y acusar recibo de los trabajos es fundamental para mantener una comunicación fluida. Pueden usar rúbricas.
  • Favorecer el aprendizaje significativo teniendo en cuenta las necesidades de nuestros estudiantes y nuestros objetivos de enseñanza específicos.
  • Proponer consignas y/o mensajes claros y concisos de: las actividades, parciales, los tiempos de entrega, las formas de entrega, devoluciones de las actividades o exámenes, exámenes finales.

La evaluación es un concepto complejo que implica diversos tipos, técnicas e instrumentos. Su función principal es conocer y comprender los procesos de aprendizaje de los estudiantes e intentar, a partir de ese conocimiento, mejorar y transformar. Además, implica un proceso de acompañamiento y seguimiento de los aprendizajes de los estudiantes.

Información y bibliografía

                Mayo                                                     2020.                     Disponible          en:

  • Flavia Terigi. Contenidos y evaluación en tiempos de pandemia. Disponible en:

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