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La retroalimentación en la evaluación universitaria

Prof. Guadalupe Vera Piacentini

¡Hola colegas! Reiteradas veces nos preguntamos ¿Cuál es la esencia de la evaluación formativa? Hoy podemos confirmar que es la retroalimentación, el feedback constructivo. Podemos definirlo como el alimento para el crecimiento académico y personal de nuestros estudiantes.
Es una de las intervenciones más poderosas para potenciar el aprendizaje y transformar la evaluación en un espacio de crecimiento. Sin embargo, no funciona de la misma manera para todos los estudiantes ni para todas las situaciones.

El feedback es el puente entre “donde está” el estudiante y el “adónde puede llegar” ese estudiante en el aprendizaje. Laura Lewin (2024)

Si pensamos en las calificaciones, es importante destacar que no son el fin del proceso de aprendizaje, sino una parte integral de él. Posicionándonos en el modelo pedagógico de enseñanza por competencias, entendemos que nuestra labor como docentes trasciende la simple transmisión de contenidos; es fundamental enseñar el arte de aprender.

“Si evaluar el medir, el feedback es nutrir.” Laura Lewin (2024)

A través de una devolución constructiva y reflexiva, no sólo promovemos una guía para mejorar el rendimiento
académico, sino que también promovemos habilidades como la autoevaluación, el pensamiento crítico, y la
resiliencia ante los desafíos.

A veces se gana y otras… se aprende.

Muchas veces nuestros estudiantes se frustran por desaprobar instancias de evaluación, se desmotivan y abandonan el barco.
Es por eso que es importante enseñarle a nuestros estudiantes a ver sus errores de manera racional y no emocional. Les estamos enseñando a manejar su frustración y el aprender de los errores, que son sin duda, habilidades para toda la vida. Tenemos que enseñarles a los estudiantes a separar el resultado de su autoestima.
Cuando estamos frente a una mesa de examen donde el estudiante desaprueba en esa oportunidad, es importante que como docentes, le entreguemos (en caso de escrito) el examen y realizar una “autopsia” de este. Es decir, que un recurso muy valioso, es que de manera individual o grupal, el docente puede hacerlo reflexionar acerca de qué preguntas contestó mal y porqué.

Podemos destacar finalmente, tres estrategias efectivas para apoyar a los estudiantes en este proceso:
1- Enseñarles a ver sus errores de manera racional y no emocional.
2-Aprender de los errores.
3- Planificación a futuro.


En resumen, la evaluación formativa se centra en la retroalimentación constructiva, que actúa como un motor
para el crecimiento académico y personal de los estudiantes.
Más allá de las calificaciones, el objetivo es enseñar a aprender, utilizando el feedback como un puente entre el
estado actual del estudiante y su potencial. Este proceso implica guiar a los estudiantes para que reflexionen sobre sus errores, los vean como oportunidades de aprendizaje y desarrollen habilidades de autoevaluación y resiliencia. En última instancia, la evaluación formativa busca transformar la experiencia educativa en un espacio de crecimiento continuo, donde los estudiantes aprenden a manejar la frustración y a separar su autoestima de los resultados académicos.

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